La cafetera de vacío o sifón data de la década de 1830 y es una de las formas mas impresionantes de realizar un buen café.
Este tipo de cafeteras gozó de gran popularidad a principios del siglo XIX aunque posteriormente la fue perdiendo debido a los inconvenientes que presentaba para el uso doméstico, no ha
sido hasta este siglo cuando ha recobrado la popularidad que tenía antaño.
Lo increíble de este tipo de cafetera y lo que atrae al público es como rompe esa rutina, como rompe lo habitual que puede ser preparar un café y lo convierte en un espectáculo, donde ver en esa bola de cristal
como se realiza todo el proceso, como si estuvieses en una operación química despierta el interés del usuario que ya no ve este proceso tan simple y rutinario.
Composición y funcionamiento
Este tipo de cafeteras se compone de 4 partes diferenciadas.
La primera compuesta por un recipiente normalmente de vidrio es donde estará el agua al inicio y donde caerá la mezcla (café preparado) una vez descienda.
La parte superior que hace la función de copa y es donde estará el café, se une a la parte inferior por un tubo por donde volverá el agua ya «mezclada» y posee un filtro para que no bajen restos.
Una parte central que hará la función de sellado y de unión de las dos anteriores.
Una fuente de calor que puede ser una lámpara o también un mechero.
El funcionamiento es el más vistoso de todos sin duda alguna, ya que la fuente de calor hará que el agua de evapore y suba debido a la fuerza de expansión del aire, pero una vez retiremos dicha fuente, la fuerza del vacío será la que arrastre de nuevo hacia abajo ese agua pero ya mezclada anteriormente en la parte superior con el café.