La ansiedad es algo cada vez más presente en nuestra sociedad actual y que a día de hoy no se le da la importancia que merece. Lo primero de todo recordar que aquí no leerás milagros, curas mágicas ni nada similar, eso solamente lo puedes conseguir tú y personal cualificado para ello.
Aquí vamos a intentar responder a la pregunta de si puedo tomar café cuando tengo ansiedad, que pasos seguir para hacerlo y demás.
El café produce ansiedad?
Esta pregunta suele estar mal planteada, porque la respuesta simple sería que el café no produce ansiedad, pero si que puede ayudar a que esta aparezca o agravar las crisis ansiosas.
La base del café, por lo que gusta tanto, por lo que nos ayuda es la cafeína (además de su sabor claramente).
La cafeína es una sustancia estimulante, sí, nos ayuda a mejorar la concentración, a mantenernos despiertos, a estar más receptivos, son una gran cantidad de beneficios cuando tenemos nuestro cuerpo bien, pero si tenemos ataques de ansiedad puede volverse en nuestra contra.
El ingerir altas dosis de este componente puede hacer que se nos acelere el corazón, uno de los efectos más temidos en las personas ansiosas…
Entonces, el café como tal no genera ansiedad pero puede agravar los ataques o incluso dar pie a que inicie alguno.
Puedo consumir café si tengo ataques de ansiedad?
Bueno, aquí mezclaré un poco la información recomendada con mi experiencia personal.
Lo ideal si estamos sufriendo ataques de ansiedad frecuentes es reducir al mínimo o incluso retirar completamente el consumo de café así como de otras bebidas estimulantes que contengan cafeína.
Ese es un paso importante, es lo recomendable y nos ayudará bastante.
Pero quiero ir un paso más allá, ya que la mayoría de personas veo que recomiendan eso y listo, nada más, no te dan una pequeña guía de que hacer a futuro.
Mi recomendación es que tengas siempre en mente volver a consumirlo, y según te veas capaz lo hagas.
No hay nada peor para una persona que sufre ansiedad que tenerle miedo a algo, ya que lo magnificamos. Me explico, si te da miedo salir de casa, lo peor que puedes hacer es decir «pues no salgo, fin».
No, al contrario, debes afrontarlo (con ayuda profesional y si no te lo puedes permitir debido al alto precio que tiene en este país, con ayuda de familiares o amigos).
Que no puedes ir hasta el centro de la ciudad? No pasa nada, camina hasta la plaza más cercana, que no lo consigues? No te preocupes, llega hasta donde tu cabeza te permita, mañana será un nuevo día y poco a poco podrás lograr tus objetivos.
Pues esto mismo ocurre con otras cosas que parecen «más pequeñas» como puede ser el tomar café.
Es una experiencia personal y además de conocer gente que le ha ocurrido, cuando te dicen «no tomes café, es malo para la ansiedad» tu cabeza lo mete en una lista de productos prohibidos y con el paso del tiempo incluso que parece que es oír ese nombre y empiezas a sudar.
Entonces, sí, al principio lo recomendable es reducir la dosis, pero tu cabeza debe estar siempre en modo «es temporal» y en cuanto te veas capaz volver a recuperar esa costumbre que tanto nos gustaba.
Para esto podemos seguir pequeños trucos, el primero es consumir café descafeinado, ya que a pesar de su nombre tiene una pequeña cantidad de cafeína.
Una vez nos hemos acostumbrados y notamos que nos sienta bien, es hora de cambiar a nuestro café favorito pero en pequeñas dosis, empezar con una cantidad reducida de café y poco a poco ir aumentándola hasta recuperar la dosis que solíamos consumir antes de empezar con este proceso.
Insisto, son recomendaciones y vivencias personales, pero para este tipo de casos siempre es mejor recurrir a la ayuda profesional y que ellos nos guíen.
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